Ritalín: Una sociedad que droga a sus niños

En s?lo un a?o la cantidad de ni?os diagnosticados con d?ficit atencional pas? de 7.940 a 28.095. Era que no si rotular ni?os con TDAH aumenta la subvenci?n escolar de de $51.138 a $141.746. Nos sumergimos en un extra?o trastorno que surge despu?s de que los laboratorios inventaran su f?rmaco: el Rital?n (hoy Metilfenidato), derivado de la anfetamina que se est? dando a ni?os desde kinder en varios colegios o en dosis que superan las cien pastillas al mes.

 

Las pastillas est?n ah?. En la caja que la directora guarda en el tercer caj?n de su escritorio. Los ni?os entran uno por uno y tienen que tomarse el medicamento delante de ella. Abra la boca ? le dice a los m?s d?scolos. Como una comuni?n cada ma?ana. Pero en este ritual no hay rezos, feligreses ni menos alg?n esp?ritu santo. La hostia viene calculada en miligramos. Tras la comuni?n cada uno vuelve a su sala a sentarse tranquilo en la silla a seguir atento las instrucciones dadas por el profesor.

Los ni?os inquietos de anta?o, de los que se dec?a que ?ten?an pidulle?, ahora ser?an ?portadores’ de un supuesto Trastorno por D?ficit Atencional e Hiperactividad (TDAH).  En Chile afectar?a al 5% en la poblaci?n entre 4 y 18 a?os de edad, quienes en su mayor?a son tratados con Metilfenidato (MFD), un derivado de la anfetamina. El profesor diagnostica, los padres (cuando pueden) pagan la consulta, el neur?logo receta, el psic?logo confirma y los inspectores dicen ?t?mese el remedio?. Tal como ayer fueron las varillas, hoy el MFD es ya una herramienta pedag?gica y padres, agentes educativos y de salud terminan poniendo en la boca de un ni?o un f?rmaco que funciona en el cerebro de manera similar a la coca?na.

En el Consultorio Karol Wojtyla de Puente Alto entre enero de 2011 y agosto de 2012 se ha diagnosticado a 455 ni?os con TDAH. El promedio de MFD dado a cada ni?o son entre 30 y 60 dosis al mes. A un ni?o de 7 a?os le hacen tomar 80 dosis (2 pastillas al d?a) y otro ni?o de 10 a?os 60 dosis divididas en 3 pastillas cada d?a.  Algunos ni?os no responden al tratamiento y sin mayor an?lisis los neur?logos o psiquiatras aumentan la dosis. Es el caso de una chica de 8 a?os, quien tiene que tomar 4 pastillas de lunes a viernes, o sea, 120 al mes.

Para el 2013 la Cenabast licit? la compra de 5.647.200 dosis de 10 MG. de MFD. Si comparamos con la compra de Ibuprofeno (25.652.267 dosis), se estima que el MFD requerido es un quinto del remedio m?s usado en consultorios y postas. Y eso que por Cenabast s?lo pasa el 47% de los insumos hospitalarios.

La Importaci?n de MFD a Chile pas? de 24,2 kilos en 2000 a 297,4 Kl. en 2011. Durante el 2012 se diagnostic? a 28.095 estudiantes con TDAH. Si el a?o 2012 se compraron 133.430  cajas  de 30 comprimidos, gast?ndose $196.142.100; en 2011 fueron 174.536 cajas a un costo de $413.650.320.

El diagn?stico de TDAH es hecho mayoritariamente por profesores s?lo a partir de la observaci?n de la conducta del ni?o. El diagn?stico m?s difundido es el Test de Conner, que muchos profesores aplican en su versi?n abreviada de una p?gina con categor?as tan ambiguas como si el ni?o se distrae en la sala o no presta atenci?n por periodos prolongados. Con el Decreto 170 el TDAH lo puede diagnosticar un profesor o un m?dico. Una condici?n para el diagn?stico de TDAH es que los s?ntomas se den tanto en el colegio como en la casa. Pese a esto, prima la percepci?n hecha en el entorno escolar.

?QU? ES PRIMERO: EL REMEDIO O LA ENFERMEDAD?

L0058213 Empty bottle for Ritalin tablets, England, 1954-1970

A diferencia del com?n de enfermedades o trastornos, en el caso del TDAH surgi? primero el medicamento, MFD, y despu?s se hizo la nosolog?a de la enfermedad. Inti Vega, m?dico del Programa de Bio?tica M?dica de la Usach, comenta que ?la aplicaci?n del f?rmaco produce el criterio diagn?stico, valid?ndose as? la idea de un trastorno a partir del efecto del MFD. El remedio funciona en sanos y enfermos. Si lo tomo durante un mes voy a tener una funcionalidad distinta, al igual que los ni?os diagnosticados con TDAH?.

La neur?loga Ximena Carrasco define el TDAH como ?un cuadro neuropsiqui?trico complejo, que se manifiesta en la esfera del comportamiento, de la conducta del sujeto, y que le genera desventaja o desadaptaci?n en distintos ?mbitos (personal, familiar, escolar, laboral, social). No es un trastorno en el estado de ?nimo; tampoco es un d?ficit de la inteligencia general ni es una perturbaci?n en el juicio de realidad. Se afecta la conducta?[1].

Francisco Aboitiz, neurobi?logo y director del Centro Interdisciplinario en Neurociencia de la PUC, sostiene que en dicho trastorno subyace ?una alteraci?n en los mecanismos de control cognitivo y conductual?.

En cambio para Andr?s Garrido, Licenciado en Medicina e Interno Usach, ?tomar a ni?os con problemas de conducta y transformarlos en objetos para la psiquiatr?a es producto de una escalada que pasa por la Disfunci?n Cerebral M?nima, y cada cambio m?nimo de conducta va escalando hasta el DSM III y sus posteriores. A?n no hay claridad en su origen org?nico?.

Aboitiz sostiene que el TDAH se origina en una disfunci?n del neurotransmisor dopamin?rgico, donde operan la noradrenalina y la  dopamina[2], las que est?n asociadas al comportamiento y la cognici?n, motivaci?n, atenci?n y aprendizaje, entre varias otras funciones. Para Aboitiz ?una de las funciones primordiales de las catecolaminas tiene que ver con la regulaci?n de la conducta orientada a metas, que consiste en la capacidad de responder a est?mulos que predicen la aparici?n de un evento, y la subsecuente orientaci?n de la conducta en relaci?n a dicho evento?[3].

Marcela Henr?quez, del Departamento de Psiquiatr?a y Centro de Investigaciones M?dicas de la PUC, sostiene que s?lo se ha encontrado evidencia en la asociaci?n entre TDAH y 6 genes relacionados con la transmisi?n sin?ptica y el metabolismo de los neurotransmisores catecolaminos, siendo uno de ellos el gen codificante para el receptor de dopamina D4 (DRD4)[4].

Carrasco y Aboitiz sostienen que en la gran mayor?a de los casos de TDAH se trata de un trastorno hereditario (0,76 de heredabilidad, seg?n algunos estudios) y concuerdan en que ?el TDAH nos puede ayudar adem?s a comprender los procesos del control de la conducta en la poblaci?n general?[5].

NO HAY EVIDENCIA ORG?NICA

Desde hace varias d?cadas el psiquiatra norteamericano Peter Breggin sostiene que no se puede relacionar a un ni?o que tiene un problema conductual con una alteraci?n en su cerebro que estar?a a la base de su conducta. ?No hay evidencia que cualquiera de los trastornos sicol?gicos o psiqui?tricos tenga un componente gen?tico o biol?gico. Tampoco hay evidencia de que enfermedades mentales como el TDAH existan?- sostiene.

Lo apoya el neur?logo Fred Baughman, para quien los millones de ni?os que son medicados por hiperactividad son normales. ?El pa?s ha sido llevado a creer que cada emoci?n molesta es una enfermedad mental, y quienes dirigen la Asociaci?n Psiqui?trica Americana saben muy bien que la est?n promoviendo como enfermedad cuando no hay informaci?n cient?fica que confirme cualquier enfermedad mental?[6].

Carlos P?rez, quien acaba de publicar su libro Antipsiquiatr?a, dice que ?el TDAH se inscribe en la inserci?n progresiva del modelo m?dico y la mirada cl?nica en las instituciones educativas con el fin de abordar problemas pedag?gicos?. P?rez advierte  que ?el Ritalin cumple una funci?n en el escalamiento terap?utico, es precursor de cuadros de comportamientos m?s graves y de medicaci?n?.

Garrido, agrega que el uso del f?rmaco ?deja de lado las particularidades del padecimiento subjetivo: El proceso de subjetivaci?n de un ni?o, la entrada al lenguaje, a ser parte de una familia, de una comunidad. Lo que se espera de un ni?o y si responde a las expectativas no pueden catalogarse de que el ni?o est? enfermo. Cuando las salidas son f?rmacos, no hay esfuerzos por dilucidar que hay detr?s de ese s?ntoma?.

Juan Gonz?les, acad?mico de la Universidad de Chile e investigador del Observatorio de Pol?ticas Educativas (Opech), advierte que diagnosticar TDAH ?perjudica las relaciones que el ni?o tiene con su entorno y lo hace sentir discapacitado. Eso afectar? su desarrollo, debido a la carga de construir la personalidad desde una patolog?a?.

Al resolver problemas sociales con f?rmacos se acepta que el problema es de los individuos y no de la sociedad. Carlos P?rez acusa que ?se subjetiviza el malestar, ech?ndosele la culpa a los individuos por problemas que son sociales. As?, un sistema educativo en crisis no es producto de pocos recursos educativos y anacronismo de las t?cnicas pedag?gicas, sino que de los ni?os. De esta forma ensombrecemos un  contexto escolar educativo precarizado y segregado. Pareciera as? que el ni?o es ?nico actor en el proceso de aprender?.

P?rez va m?s all? y sostiene que ?los ni?os que medican con MFD no quedan m?s tranquilos ni tienen mejor rendimiento, sino lo que provoca es un efecto placebo. Los profesores que pierden la paciencia con un cabro chico, se relajan cuando le dan medicamentos y abandonan su posici?n estigmatizadora. As? se alivia el ni?o y el profesor. Es un efecto de la relaci?n tras el uso del medicamento. No es que el Ritalin como pastilla haga algo bueno, sino que crea un contexto en que los implicados ven el mundo de manera diferente?.

COMO ACT?A EL METILFENIDATO

Clasificado en el grupo de los psicoanal?pticos (drogas estimulantes), el MFD tiene una estructura molecular similar a la anfetamina y act?a en el cerebro de la misma forma como lo hace la coca?na, seg?n una investigaci?n de Nora Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA), de EE.UU.

Garrido explica que ?el medicamento activa los centros inhibitorios de la conducta, por lo que el chico se queda m?s tranquilo. Es un estimulante que eleva el nivel de neurotransmisores, como la dopamina, con un funcionamiento muy similar a la coca?na.  No se tiene claridad ni certeza sobre sus efectos a largo plazo?.

A?n no se conoce con certeza la forma en que el MFD interviene en la sinapsis neuronal. Aboitiz cuenta que ?no se sabe el mecanismo de acci?n exacto del MFD. Se sabe que act?a bloqueando una mol?cula que es un transportador de dopamina, un regulador muy potente de la conducta, y en la recaptura de noradrenalina. Eso se llama reactividad cruzada. As? se mantienen los niveles de dopamina y noradrenalina al interior de la c?lula?. Algunos estudios indican que una dosis de Ritalin de 0,5 MG./K. es suficiente para bloquear el 70% de los transportadores de la dopamina.

l MFD act?a sobre el l?bulo frontal aumentando la carga de dopamina. Seg?n Aboitiz  ?al activarse el l?bulo frontal, se facilitan las funciones ejecutivas y el sujeto mejora su conducta; de all? que mejora su focalizaci?n atencional y al mismo tiempo reduce su impulsividad e hiperactividad, mejora su capacidad de perseverar y concretar tareas?[7].

El f?rmaco no mejora el supuesto trastorno, provocando su acci?n farmacol?gica ?una conducta m?s autocontrolada por parte del paciente; y al terminar su efecto, el sujeto vuelve a ser el mismo?[8].

Mat?as tom? Ritalin desde Kinder hasta 7? B?sico. Desde que un d?a una profesora le dijo a su mam? que ?era un ni?o problema?, parti? tomando ? de la pastilla, luego ? y luego los 10 MG. De lunes a viernes. ?Me sent?a mal, me dol?a la guata, me sent?a ensimismado, sent?a que la gente no me entend?a. Pensaba que yo era el cu?tico, el extra?o. No me gustaba hacer las mismas cosas que el resto de la gente. Con pastillas te concentras, pero al estar en el recreo, ante relaciones sociales, me sentaba y miraba lo que hac?a el resto, no me sent?a entendido. Era reacio al cari?o?.

EL NEGOCIO DE DIAGNOSTICAR TDAH

RITALIN-FAMILIA

Cuando Gloria Carrillo dijo que iba a retirar a su hijo, Mat?as, del Colegio Jos? Joaqu?n Prieto, de La Pintana, administrado por la Sociedad de Instrucci?n Primaria, en el colegio hicieron lo imposible para que no se llevara al ni?o. ?Yo era una apoderado problema, distribu?a volantes entre los apoderados que mostraban el sobrediagn?stico y los efectos da?inos del Ritalin, interrump?a las reuniones de apoderados y dec?an que mi ni?o era un problema, pero no me quer?an dejar ir?- cuenta Gloria.

Cuando Mat?as estaba en Kinder, con s?lo 6 a?os, lo empezaron a medicar. ?Era inquieto, pero en el jard?n nunca se quejaron?- detalla Gloria. ?A los pocos d?as de entrar a clases me mandan a ver un neur?logo luego de hacerle el Test de Conner abreviado. Como era tan peque?o, el profesional pidi? el apoyo de un psic?logo, quien lo mand? de vuelta al neur?logo y le hicieron un encefalograma. Al 2? Semestre ya estaba tomando 10 MG. de Aradix (MFD) al d?a. En I? B?sico subi? a 1?  pastilla, en el curso siguiente 2 y despu?s 20 MG. al d?a.

Un d?a Gloria quiso probar qu? efecto le hac?a la pastilla a su hijo y se la dio un s?bado. ?Quer?a saber qu? efecto le hac?a y al verlo me mor? de pena. Se qued? como en el limbo, pegado. Siempre lo v? corriendo, saltando y esta vez se puso a ver tele y se qued? pegado comi?ndose las u?as hasta salir sangre. No hablaba y tampoco com?a y eso que se come todo?- cuenta.

Desde que tomaba el f?rmaco, Mat?as llegaba con la colaci?n de vuelta a la casa y no particip? en actividades extraescolares ni bail? en los actos. Su mam? cuenta que en 3? B?sico quedaba tan somnoliento que sus compa?eros le hac?an bullying. La duda la hizo participar de un taller organizado por el Opech en su barrio, en el que fue aprendiendo de los efectos del Aradix. ?Me cost? m?s de un a?o tomar la decisi?n. Es que la presi?n de la psic?loga del colegio era fuerte. Lo interrogaba siempre si se tom? la pastilla. Sufrimos como familia, la presi?n es fuerte ?Como mam? qu? haces??.

?No hablaba el tema sin llorar y el colegio manipulaba la situaci?n. Yo le llev? informaci?n a la psicopedagoga sobre el medicamento, les dec?a que el problema ten?a que ver con los m?todos educativos que no se adaptan a los tiempos ni al avance de los ni?os. La psicopedagoga no ten?a idea de los da?os que puede causar el MFD y nunca se cuestion? medicar a ni?os. Me dijo que a ella le ense?an a tratar a ni?os con el medicamento?- cuenta Gloria.

Un d?a decidi? no darle m?s Aradix y se la reemplaz? por dulces. El chico sigui? igual e incluso se volvi? m?s sociable. Reci?n a los 10 a?os particip? en alguna actividad extraprogram?tica y desde este a?o va a otro colegio. A?n hoy Gloria se pregunta por qu? tanto inter?s del colegio para que Mat?as se quedara.

Desde que en 2010 entrara en vigencia el DL 170, el TDAH pas? a ser Necesidad Educativa Especial (NEE), lo que implic? pasar de una subvenci?n de $51.138 dada por un estudiante normal a una de $141.746. O sea, casi tres veces m?s dinero para el sostenedor del colegio. En el curso de Mat?as, el a?o 2011 de 43 alumnos, 20 estaban medicados.

Hoy son 2.175 establecimientos que se acogen al programa PIE (Proyectos de Integraci?n Escolar), que entrega recursos para contratar profesionales especializados para atender a los ni?os diagnosticados con TDAH.

Carolina Correa Braun, directora del Colegio Jos? Joaqu?n Prieto de La Pintana, sostiene que no hay ning?n ni?o de los 1.582 que educa el colegio que perciba subvenci?n por Necesidad Educativa Especial (NEE) y que resuelven por si solos los casos de Trastorno por D?ficit Atencional e Hiperactividad (TDAH).

Si el 2011 en la Regi?n Metropolitana eran 2723 los estudiantes de colegios p?blicos y subvencionados diagnosticados con TDAH, en 2012 subieron a 8.339. En la VIII? Regi?n pasaron de 1.492 a 6.001. El total nacional pas? de 7.940 a 28.095.

Gonz?les opina que ?debido al sistema de financiamiento por el vouchers y el aumento de las subvenci?n por NEE, diagnosticar a ni?os con TDAH se ha transformado en un negocio. Los colegios con tal de subir la subvenci?n est?n haciendo el diagn?stico al tun tun?.

Gloria cuenta que ?te convencen de que tu ni?o es un ni?o problema, que es un cacho. Y que te digan eso es s?per fuerte, por ello para muchos pap?s es un tab?. Los apoderados se creen el modelo m?dico. Se creen que su hijo est? enfermo y hay que medicarlo, cuando en ese colegio los profesores a?n hacen una clase entera escribiendo todo en la pizarra y me hac?an problemas porque mi cabro no escrib?a. Un d?a les dije a los profesores ?eres t? la que no innova en m?todos pedag?gicos. Usas una pizarra y un cuaderno en la ?poca del play station’?.

Cuando Mar?a Pucheu, psic?loga infanto juvenil de un Cesfam en Puente Alto, intent? convencer a los profesores de los riesgos que conlleva la excesiva medicalizaci?n, estos le dijeron que ?tienen a 40 m?s en la clase y lo sienta adelante y le repite la instrucci?n, pero no puede dejar que interrumpa a los otros ni?os. Los profesores son la piedra de tope de este sistema, se les exige estad?sticas como el Simce o la PSU, que miden muy poco?.

El Opech ha recibido denuncias de que los apoderados son presionados por las escuelas para medicar a sus hijos, incluso condicionando su permanencia en  los colegios. Gisett,  profesora del Colegio Australia de La Pintana, cuenta que es habitual que en los colegios se les diga a los padres: ?Su hijo no se controla en la sala, ll?velo al m?dico. En el consultorio le dar?n las pastillas?.

Pucheu tambi?n lo ha constatado: ?Se les dice a los pap?s que si no medicalizan a sus hijos, estos ser?n futuros delincuentes o van a tener trastornos mentales. Un pap? que no tiene formaci?n en salud as? acepta la medicalizaci?n?.

Para muchos docentes y comunidades educativas medicalizar a ni?os con drogas se ha banalizado. Gisett acostumbra escuchar de sus colegas palabras como ?tal chico est? insoportable porque no se tom? las pastillas?; o a estudiantes decirle ?t?a: dele la pastilla luego?; o que un ni?o le dice a otro: ?No te has tomado la pastilla?.

En una ocasi?n un ni?o de 2? b?sico fue a pedirle pastillas y otro de 11 a?os toma 3 al d?a en un colegio donde hay un promedio de 40 ni?os por sala y cuentan con 2 data con el cable malo y 2 notebook sin cargador para hacer clases. ?Con menos alumnos y m?s recursos pedag?gicos puedes manejar la situaci?n. En un curso de 40, un alumno puede hablar s?lo una vez en la clase?- destaca. La normativa permite tener hasta 45 alumnos por sala de clase, pudiendo caber m?s si se pide permiso.

DESMEDICALIZANDO

Mat?as un d?a decidi? no tomar m?s pastillas y se lo comunic? a su mam?. Estaba ya en 7? B?sico y llevaba 8 a?os tomando Ritalin. ?Cuando creces empiezas a pensar por ti mismo y me di cuenta de que no quer?a tomar pastillas?- cuenta. Su proceso parti? cuando asumi? que realmente se sent?a mal tomando Ritalin, luego cuestion?ndose el ?por qu? ten?a que tomarlas?

Mat?as cuenta que al dejar el f?rmaco ?me empez? a ir bien. Volv? a pintar y dibujar, que es lo que hac?a cuando chico?. Hoy estudia Pedagog?a y ?no recomendar?a dar pastillas a ni?os. Una pastilla que afecte el cerebro a nivel cognitivo no va con la ?tica pedag?gica. Educarse no es s?lo concentrarse y sacar buenas notas?- destaca.

Gonz?les destaca que los problemas del aprendizaje ?son educativos, no psicol?gicos. Hoy el enfoque es hacia encontrar cierto da?o individual en las personas que no aprenden. La educaci?n hace m?s de un siglo est? entendida como un proceso colectivo, las ciencias de la educaci?n son mucho m?s amplias que las ciencias psicol?gicas, del aprendizaje. Es fundamental resignificar el problema de las NEE, como un problema educativo, social y pol?tico y no como un problema psicol?gico o neurol?gico?.

Como todos los f?rmacos que act?an sobre el sistema nervioso con el MFD no se puede suspender su uso en forma abrupta. La interrupci?n debe ser progresiva y con el acuerdo del m?dico tratante. En caso de que un ni?o efectivamente sea inquieto y no logre concretar sus tareas, se recomienda escoger una terapia en la que la medicaci?n sea el recurso ?ltimo (y no el primero) y en la que participen diversos agentes de salud y que se tome en cuenta el contexto afectivo y social del ni?o.

Francisca Espinoza, psic?loga de Psicoymed, recomienda un tratamiento psicoterap?utico que considere las diversas dimensiones de la vida del ni?o. Los realizados en Psicoymed duran por lo menos 3 meses y se complementan con talleres de arte, flores de Bach y Reiki infantil. ?La familia se incorpora al tratamiento para desarrollar competencias parentales, para que ellos sepan intervenir desde la casa y nosotros entregamos herramientas para que el ni?o trabaje su hiperactividad, que el mismo pueda controlar la impulsividad?- destaca.

Adem?s de los talleres del Opech, diversos otros colectivos se han enfocado a disputar terreno a la excesiva medicaci?n de la infancia. El Centro de Estudios de Contrapsicolog?a ya dise?? un manual de abordaje y otros grupos han desarrollado trabajos locales. En una de estas experiencias particip? Pablo Soto, estudiante de IV? de Sociolog?a de la UAH en 2011. Se trat? del Taller en la Poblaci?n Exequiel Gonz?les Cort?s, en el que participaron 15 pap?s junto a sus hijos, de los cuales 10 estaban diagnosticados con TDAH. ?Luego de informarles de los riesgos del MFD, buscamos  alternativas como flores de Bach, involucrar a los padres en los estudios de sus hijos, que les pusieron m?s atenci?n y los acompa?aban?- destaca.

Gonz?lesafirma que ?los problemas de aprendizaje en la escuela deben ser abordados primero del sentido que tienen para estas los ni?os, de la gesti?n del tiempo, la cantidad de alumnos por sala y la did?ctica del aprendizaje. Ninguno de estos ?mbitos est? siendo abordado hoy y termina s?lo vi?ndose el problema desde el ni?o. Hay que involucrar a m?s actores en los problemas del aprendizaje, m?s all? del psic?logo, a los profesores y a la familia?.

En su propuesta educativa presentada en diciembre de 2011, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) se integra la exigencia del fin de la medicaci?n de la infancia.

Gloria Carrillo recomienda a otros padres que ?cuando un profesor o m?dico te da un diagn?stico, no s?lo es importante contrastar con la opini?n de otro profesional, sino que tambi?n debes buscar tu misma la informaci?n. Su hijo, Mat?as, est? ahora en un colegio de La Pintana con 27 compa?eros en su curso, va con ropa de colegio s?lo 2 d?as a la semana y no toma f?rmacos. ?En el colegio Matte no le gustaba ir a clases, ahora est? encantado con ir cada d?a. El colegio es el que tiene que adaptarse. Un ni?o que no est? encantado en la sala no va a aprender nada. Y la tecnolog?a est??- sostiene.

Tal como se recetan grandes cantidades de Ansiol?ticos a los adultos, en los cajones de los directores de muchos colegios se guardan cientos de pastillas destinadas a menores de edad. Al acostumbrar a los ni?os a tomar f?rmacos para rendir seg?n est?ndares impuestos por una sociedad obsesionada por los mecanismos de medici?n, se adiestra a  sujetos en el saber adaptarse a reg?menes de competencia. Los f?rmacos promovidos no fomentan la autonom?a y menos la creatividad, sino que el aceptar la autoridad y saber resolver tareas encomendadas en una sala de clases cuya estructura no ha variado en profundidad en los ?ltimos tres siglos.

El objetivo de algunos cient?ficos es ampliar el diagn?stico de TDAH a los adultos, aplicar el MFD en infractores de ley y a la inatenci?n infantil, sobre todo de mujeres. Vega destaca que el MFD  se viene ahora como potenciador y los laboratorios lo promueven para estudiar?.

Hoy la pieza m?s bizarra del Museo de Pedagog?a es una varilla que nos recuerda el mantra educativo de otras ?pocas: La letra con sangre entra. La industria farmac?utica ha hecho m?s infinitesimal el control de los vaivenes de la conciencia y la atenci?n de muchos estudiantes inquietos: ahora ocurre en ese at?mico espacio donde los neurotransmisores act?an reteniendo catecolaminas. Tan sutil como efectivo, el recuerdo de la pedagog?a de nuestra ?poca exhibir? en el futuro junto a la varilla una inocente y peque?a pastilla blanca.

 Mauricio Becerra Rebolledo

Ilustraciones: Rodrigo Acevedo Villegas

El Ciudadano

3 January, 2013 06:01
Ciencia y Tecnolog??a, Educaci?n, Portada, Reportaje Destacado, Salud

En ?D?ficit Atencional e Hiperactividad: fronteras y desaf?os’, compilaci?n de  Francisco Aboitiz y Ximena Carrasco. Ediciones PUC, 2009.

[2] La dopamina y la norepinefrina, junto a la epinefrina (llamada antes adrenalina) son catecolaminas, o sea, hormonas producidas por las gl?ndulas suprarrenales y liberadas en la sangre durante momentos de estr?s f?sico o emocional.

[3] Francisco Aboitiz; Tom?s Ossand?n; Francisco Zamorano y Pablo Billeke: Balance en la cuerda floja: la neurobiolog?a del trastorno por d?ficit atencional e Hiperactividad. Revista M?dica de Cl?nica Las Condes, 2012.

[4] En ?D?ficit Atencional e Hiperactividad: fronteras y desaf?os’, compilaci?n de  Francisco Aboitiz y Ximena Carrasco. Ediciones PUC, 2009.

[5] Ib?d.

[6] En revista Insight, junio, 1999.

[7] Francisco Aboitiz; Tom?s Ossand?n; Francisco Zamorano y Pablo Billeke: Balance en la cuerda floja: la neurobiolog?a del trastorno por d?ficit atencional e Hiperactividad. Revista M?dica de Cl?nica Las Condes, 2012.

[8] Ib?d.