La lucha contra la obesidad encalla en el tratamiento psicológico

Los expertos dudan acerca de si la ansiedad es causa o efecto del fen?meno.

Un 30% de los pacientes que se operan de obesidad m?rbida vuelve a engordar / Rick Wilking (Reuters).
La relaci?n entre obesidad m?rbida y ansiedad es un camino de ida y vuelta. ?Hay algunos pacientes que presentan antes un trastorno de ansiedad que les deriva al sobrepeso, ya que compensan esta sensaci?n con la sobreingesta de comida. Y hay otros que tienen sobrepeso y que no pueden controlar la ansiedad?, explica Francisco Javier Quintero, jefe de Psiquiatr?a del Hospital Infanta Leonor de Madrid. Quintero realiz? un estudio sobre 100 pacientes obesos que no consegu?an adelgazar a pesar de haber sido sometidos a tratamientos m?dicos, como dietas o incluso cirug?a.
Los resultados mostraron que hab?a un 31% de pacientes con trastorno de ansiedad y otro 35% con depresi?n. Quintero pone como ejemplo el trastorno por atracones, una ingesta descontrolada de comida en poco tiempo. ?Este trastorno es uno de los m?s frecuentes en pacientes obesos y tambi?n de los m?s controlables si se diagnostica a tiempo. El problema es que muchas veces no se hace?, comenta. ?El estudio destaca que muchos pacientes no logran calmar su ansiedad y siguen comiendo. Por ello es importante tratar estos problemas emocionales antes de cualquier cirug?a o dieta?, concluye el psiquiatra.
 Los afectados tambi?n lo acusan. ?Llevo toda la vida luchando contra los kilos de m?s, las dietas sin resultados y la ansiedad que eso me ha generado?. As? describe Enma Miller, de 36 a?os, un largo camino de esfuerzos, ?xitos y desilusiones con la obesidad m?rbida. Como ella, casi un mill?n de espa?oles la sufren y los casos se han duplicado en cinco a?os, seg?n los ?ltimos datos de la Sociedad Nacional de Cirug?a de la Obesidad M?rbida de 2011.
Los profesionales sanitarios aseguran que la cirug?a bari?trica, una reducci?n de est?mago, es la mejor soluci?n para reducir peso y erradicar algunos padecimientos asociados como la diabetes. Pero algunos expertos se?alan que el resultado de esta intervenci?n puede ser balad? si no se intervienen en otros aspectos psicol?gicos y emocionales como la ansiedad.
Los genes influyen en la enfermedad m?rbida, pero no son determinantes
 
Es un fen?meno con muchas aristas. No todo el mundo nace obeso. ?Existe un componente gen?tico que influye, pero que no es f?cil de descifrar porque no depende de un solo gen. Se puede hablar m?s bien de una predisposici?n familiar a la obesidad?, comenta Clotilde V?zquez, jefa de Endocrinolog?a del Hospital Ram?n y Cajal. Hay, en cambio, otros factores como la familia o el entorno cultural, ambiental y social que desarrollan un sentimiento de ansiedad por la comida que puede perdurar toda la vida. ?Cuando los ni?os est?n en primaria, el deseo de comer impulsivamente tiene que ver con el cuidado de los padres. Algunos son duros con los ni?os obesos, les llaman gordos o los comparan con sus hermanos delgados?, dice Caterina Calder?n, psic?loga de la Universidad de Barcelona. La ni?ez es especialmente sensible: el 45% de los ni?os espa?oles padece exceso de peso, seg?n el Ministerio de Sanidad.
Miller recuerda que la primera dieta que hizo fue a los cinco a?os: ?Me sol?an decir: ?T? no puedes comer esto o lo otro. No puedes llevar ninguna comida al recreo’. Creo que esta actitud no beneficia a los ni?os. Basta con que te proh?ban algo para que tengas m?s ganas de hacerlo?, dice indignada.
Uno de cada tres de los afectados manifiesta depresi?n
Hay otros casos, en cambio, en que las familias piensan que si el ni?o no est? gordo no est? bien alimentado. En ambos casos, el peque?o desarrolla un sentimiento de ganas de comer que es muy dif?cil de erradicar con el tiempo. ?En el primero de ellos la comida se utiliza para aliviar un dolor y, en el segundo, por placer? asegura Calder?n.
Y como no todas las obesidades son iguales no a todos los pacientes le sirven las mismas soluciones. ?Uno de los problemas de la gente con obesidad es que comete errores al hacer dietas y se plantean objetivos dif?ciles de alcanzar en poco tiempo?, dice Susana Monereo, coordinadora de la Unidad de Obesidad M?rbida del Hospital de Getafe. Lo mismo se puede decir que ocurre con la cirug?a bari?trica. Esta operaci?n, que disminuye la cantidad de comida que se puede ingerir como consecuencia de la reducci?n del est?mago, tambi?n elimina la sensaci?n de hambre durante muchos a?os al regular unas hormonas que modulan el apetito.
Los expertos reconocen, sin embargo, que existen otros factores que no dependen de estas hormonas. ?La obesidad se asocia en muchas ocasiones a componentes de ansiedad que nos dificultan controlar adecuadamente el impulso alimentario?, admite Alberto Goday Arno, jefe de Endocrinolog?a del Hospital del Mar, en Barcelona. El m?dico explica que no todos los pacientes son adecuados para la intervenci?n y que antes debe hacerse un an?lisis psicol?gico de cada paciente. Los profesionales sanitarios insisten mucho en que la cirug?a no hace magia. ?Alrededor de un 30% de los obesos recuperan parte del peso perdido al cabo de unos cinco o seis a?os si no mantienen unos h?bitos saludables?, explica Monereo.
A las dificultades de bajar de peso y mantenerlo se suma la incomprensi?n y el estigma social. ?A los cinco a?os, un endocrino pensaba que estaba gorda porque pegaba a mis compa?eros para quitarles el bocadillo?, se?ala Miller, que se pregunta si el m?dico era consciente del da?o de sus palabras en una ni?a tan peque?a. Considera que la sociedad no es consciente de que se trata de una enfermedad que ella no ha elegido. ?Yo he peleado toda mi vida contra la obesidad. La gente nos juzga como personas que simplemente no tienen fuerza de voluntad. No se dan cuenta de que se trata de una enfermedad y que, como enfermos, luchamos contra ella todos los d?as?, concluye.

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